jueves, 11 de abril de 2019



¿Cómo convergen la genética de poblaciones y la arqueología?



Cómo se ha venido argumentando en esta página, la genética de poblaciones y la arqueología tienen algo en común.

Resultado de imagen para reloj molecularLa genética es una rama emergente de la biología molecular que ha tenido gran impacto en la actualidad, no sólo para comprender la herencia y desarrollar ingeniería genética.

También es utilizado por algunos genetistas con intereses evolutivos para datar y reconstruir la historia evolutiva de las especies. 

Reconstruir la historia evolutiva puede ser una técnica algo confusa al momento de hacer coincidir fechas con la evolución de especies y los restos arqueológicos encontrados. Una de las herramientas utilizadas para armar este rompecabezas histórico es el uso del reloj molecular. 

El principio del reloj molecular se basa principalmente en el análisis de secuencias, la presencia de mutaciones y el tiempo. Las mutaciones, como ya se ha explicado, ocurren a una taza bien identificada en donde la maquinara de la biología molecular comete errores. Sin embargo, el tiempo es un factor muy importante al momento de hablar de especies evolucionadas. 

Es decir, entre mayor sea el tiempo mayor será el número de mutaciones acumuladas en la especie. Alguna de estas mutaciones son silenciosas y no se expresan en el fenotipo, pero existen mutaciones que si se expresan. De cualquier manera, estos cambios en el genoma generan las bifurcaciones entre las especies. 



Una de las aplicaciones que se le ha dado al reloj molecular es el contra argumentar dataciones obtenidas por restos fósiles. Por ejemplo, la revista "BBC mundo" presenta un artículo, en donde, se cuestiona que el origen de las plantas ocurrió 100 millones de años antes de lo que se pensaba. 

Aquí, el reloj molecular presentó un papel crucial en este articulo publicado el pasado 21 de Febrero del 2018. " "Las plantas terrestres aparecieron hace 500 millones de años, decenas de cientos de años antes de lo que los fósiles sugieren", dice Philip Donoghue, del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Bristol y coautor del estudio.

Un fósil de una planta


Con esta nueva técnica teórica se pretende realizar un estudio más preciso y detallado del origen de las especies. En este caso, el reloj molecular es utilizado para combinar la evidencia de las diferencias genéticas entre especies de plantas vivas y de fósiles.

"Conociendo un típico ritmo de mutación, los científicos pueden estimar hace cuánto tiempo las especies se dividieron, basados en las diferencia en el ADN", explica la periodista Elizabeth Pennisi, de la revista Science. "Nuestros resultados muestran que los ancestros de nuestras plantas terrestres estaban vivos a mediados del periodo Cámbrico, que es una edad similar a la de los primeros animales terrestres", dijo Puttick. Este hallazgo a partir del "reloj molecular" pone en cuestión las teorías existentes sobre la evolución de las plantas terrestres.


Un bosque



"Sabemos que las primeras plantas refrescaron el clima y aumentaron los niveles de oxígeno en la atmósfera de la tierra", afirmó Lenton, quien no estuvo involucrado en el estudio. 
La propagación de las plantas por el mundo y sus adaptaciones a la vida tuvieron influencia en los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera y las temperaturas globales, lo que hizo posible la vida en la Tierra.
Según explican los autores del estudio, las plantas son importantes contribuyentes en los cambios químicos de las rocas continentales, un proceso clave en el ciclo del carbono que regula la atmósfera de la Tierra y el clima a o largo de millones de años."



Paleo-demografía

Caso de estudio de Paleo-demografía

Dentro del vasto campo que abarca la Bioarqueología, una de las cosas que se pueden  estudiar es la Paleo-demografía que es el estudio de las poblaciones antiguas que con la ayuda de documentos históricos nos permite conocer algunos datos demográficos como: edad, causa de la muerte, lugar de nacimiento, etcétera.

En busca de un ejemplo de estudio práctico a realizar nos adentramos en el Panteón del Saucito en la ciudad San Luis Potosí que, junto con algunos compañeros de la licenciatura de arqueología y de historia, llegamos a las profundidades de este famoso cementerio.















En nuestro extenso recorrido observamos todo tipo de tumbas desde las más monumentales, con fachadas impresionantes, de un gran tamaño, hasta las más simples, solo cubiertas de tierra con una pequeña cruz. También nos percatamos de una inscripción extraña en un idioma diferente (al parecer Japonés)



Esto nos aporta algo de información ya que podemos inferir el estatus social de la persona fallecida. Y a partir de esto podemos hacer varias suposiciones como: si la persona falleció por alguna enfermedad no tratada al no tener recursos económicos, o al ser parte de un nivel social bajo, quizá contrajo infecciones  en condiciones de poca higiene, o al ser obrero sufrió un fatal accidente en su trabajo. Al no contar con más datos sólo se quedan en suposiciones.











Miles de tumbas y criptas antiguas y recientes algunas ya destruidas, otras muy bien conservadas. Algunas de personas muy importantes como la bailarina y coreógrafa Lila López.











































Encontramos algunas lapidas, que se veían prometedoras para nuestro caso de estudio, pero que para nuestra mala suerte, todas estaban vacías es decir sin un resto biológico (huesos). Solo llenas de desechos, basura, madera, etcétera.






En un momento de desesperación, ya cansados de caminar, sin agua y con un sol tan fuerte optando por volver después, algunos de mis compañeros se introdujeron a una cripta donde había varias tumbas y afortunadamente descubrieron una que tenía un pequeño orificio por donde se podían ver los huesos del fallecido, que al parecer, tenía una enfermedad ya que estos restos óseos tenían porosidad.




miércoles, 10 de abril de 2019

La Bioarqueología


¿Qué es la Bioarqueología?


Bioarqueología, también conocida como Osteoarqueología es una sub-especialidad de la Antropología Física cuya meta es estudiar poblaciones pasadas por medio del análisis de los restos óseos (huesos) provenientes de sitios arqueológicos. Esta sub-disciplina combina métodos y teorías provenientes de la Antropología cultural y Arqueología.






La Bioarqueología es una disciplina que nace en Estados Unidos a finales de los años setenta (el término que se usa fue propuesto por Jane Buikstra en el año 1977) derivado de los primeros estudios antropológicos, y que depende del país donde uno se encuentre hace referencia exclusivamente al estudio de restos óseos humanos como en Estados Unidos o a restos osteoarqueológicos en Reino Unido(también llamada zoo arqueología) entendido como la combinación del estudio de restos óseos humanos y animales. Aunque es una disciplina muy nueva y en desarrollo, su objetivo es el estudio combinado de los restos biológicos en contextos arqueológicos.

Hoy en día es un área de investigación bastante prolífica donde se han publicado en los últimos años diversos manuales sobre metodología, ética y legal, así como trabajos específicos sobre el estudio de la enfermedad en el pasado o la paleo-patología. También su estudio incluye diferentes perspectivas como el estudio del cuerpo, el género y el concepto de identidad. Las nuevas aplicaciones bioquímicas para el estudio de los restos óseos en contextos arqueológicos suponen una revolución en arqueología y existen numerosas publicaciones con respecto a estudios de genética y la aplicación de ADN, así como de isótopos estables(átomos con diferente carga) para investigar la subsistencia y la movilidad.

Bioarqueología. Reconstruyendo la vida a partir de la muerte
La creación de este término causó polémica, pues hay quienes sostenían que no se trataba de una disciplina nueva, ya que se practicaba en el campo de la antropología física. En efecto, este tipo de estudios se han llevado a cabo desde hace mucho tiempo.

Por ejemplo, podemos mencionar el trabajo pionero de Earnest Hooton durante la década de 1930. En su estudio de los materiales óseos procedentes de Pecos Pueblo, Nuevo México, realizó un análisis paleo-epidemiológico, tomando en cuenta la información biológica y cultural de más de dos mil entierros. Además, este investigador se ocupó de describir la morfología craneana y dental, tomando medidas de todos los individuos. Décadas después, gracias a su cuidadosa labor en la recolección de estos datos, ha sido posible llegar a nuevas interpretaciones a partir de estos mismos esqueletos. 





Durante esos mismos años, el famoso antropólogo físico mexicano Javier Romero Molina se encontraba realizando este tipo de investigaciones en nuestro país, hizo aportaciones muy buenas y dejó un legado en materia de modificaciones craneanas y dentales, así como sobre las trepanaciones, resulta invaluable.





Si la disciplina no era nueva ¿por qué la necesidad de llamarla de otra manera?
La razón es que esto permitiría distinguirla de la antropología física, cuyos alcances van mucho más allá de las poblaciones arqueológicas. La rama encargada de su estudio se conoce tradicionalmente como Osteología, nombre que resultaba demasiado descriptivo. Así, el término elegido para identificar a esta disciplina fue precisamente Bioarqueología, lo que permitió darle un nuevo impulso a nivel mundial.
                            
¿Se trata de un campo de estudio para arqueólogos o para antropólogos físicos?
 La respuesta es sencilla, cualquiera que sea la formación primaria del investigador, obligadamente debe tener una preparación académica en ambas ramas de la antropología (Osteología y Arqueología.)


¿Que estudia la Bioarqueología?
Los temas de estudio que abarca la Bioarqueología son muy vastos. De acuerdo con Buikstra (creadora de  este término), los tópicos más populares son los rituales funerarios, el sacrificio humano, la dieta, las enfermedades en la antigüedad, los movimientos poblacionales, las relaciones genéticas, las actividades cotidianas y la paleo-demografía que es el estudio de las  poblaciones que  vivieron en el pasado, esto se puede conocer con el uso de información escrita en documentos históricos que contienen datos estadísticos (número de personas fallecidas, actas de nacimiento, cantidad de enfermos en los hospitales,  etcétera). 




Por su parte, Clark Spencer Larsen identifica otros temas de estudio, tales como el crecimiento, la adaptación, el estilo de vida y la historia de las poblaciones. De tal suerte, en la última década han proliferado las publicaciones sobre la violencia, el género, la niñez, el abuso infantil, la guerra, el cuidado, el sacrificio, entre otras.

En fin, es posible hacer Bioarqueología de cualquier tema, siempre y cuando se busque contestar una pregunta arqueológica a partir del análisis sistemático de los restos óseos humanos.

La Bioarqueología en México

En nuestro país el panorama es muy alentador. Cada vez más investigadores y estudiantes reconocen el enorme potencial que esta disciplina ofrece a la interpretación de las culturas pasadas. La Bioarqueología mexicana ha realizado aportes sustanciales en diferentes campos de estudio. Por ejemplo, hasta hace pocos años los infantes no eran considerados un sector importante para la interpretación de la dinámica social. No obstante, a partir de trabajos recientes se ha llegado a la conclusión que los niños son actores sociales importantes. Por otro lado, el estudio de los dientes ha revelado un panorama inusitado para la disciplina. Además de permitirnos estimar la edad de un individuo, podemos conocer a detalle su dieta, su procedencia, la descendencia biológica e incluso las enfermedades que padeció. En particular, el estudio del cálculo dental o sarro es una de las áreas de investigación más prometedoras.

Museos de la guerra civil en España
Sin lugar a dudas, uno de los campos que aún es necesario fortalecer en nuestro país es la Bioarqueología de la guerra, la cual ha sido abordadacon gran éxito en otras regiones culturales, como en los Andes. Enefecto, a través del análisis de las huellas de violencia antemortem (antes de la muerte) perimortem (cualquier lesión asociada con la muerte) también la información contextual, es posible contribuir al entendimiento delos conflictos bélicos(guerras) en los quese involucraron las sociedades antiguas. Uno de los mejores ejemplos es el caso de Teotihuacán, donde el análisis de los restos humanos encontrados en el Templo de Quetzalcóatl y la Pirámide de la Luna ha permitido a los especialistas saber que esta sociedad no era el Estado pacifista que se creía por mucho tiempo.

Dos prácticas culturales que han estado en la mesa de discusión desde hace décadas son las modificaciones craneanas y dentales. Actualmente se abordan desde una perspectiva más en función de sistemas, lo que ha permitido contribuir a comprender la concepción del cuerpo humano en Mesoamérica, y se ha constituido como una línea de investigación muy prometedora.








Finalmente, los dos temas de estudio más recurrentes son, los funerales y el sacrificio humano. El cambio que llegó con la Bioarqueología es dejar atrás las simples descripciones sobre la posición y orientación de los esqueletos, para poder reconstruir las ceremonias que originaron estos contextos. De esta forma, debemos entender que los rituales funerarios se realizaban para socializar la pérdida de un ser querido, para lograr que la parte inmaterial de su cuerpo llegara al mundo de los muertos y para disponer de su cadáver, tal y como lo propuso Louis-Vincent Thomas, máximo exponente de la antropología de la muerte. En cuanto al sacrificio humano, hasta hace unas décadas este fenómeno solía estudiarse a partir de las fuentes históricas y la iconografía.



En nuestros días, el análisis directo de los restos óseos abre un panorama insospechado que nos permite abordar este tema tan lleno de discusión. El desarrollo de nuevas técnicas como el análisis de isótopos (átomos con diferente masa atómica), para inferir patrones de migración o dieta, o bien la antropología genética, están abriendo una vertiente insospechada para la disciplina, lo cual nos ayuda a responder preguntas culturales que difícilmente se podían abordar antes. De esta manera podemos concluir certeramente que es factible contribuir al conocimiento de la vida de los antiguos pobladores a través de los testigos tangibles de su muerte: los restos óseos.